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martes, 29 de octubre de 2013

La etimología de Chanel

CHANEL.

Si pusiera CH, sería CAROLINA HERRERA. Y si en vez de una ene hubiese dos sería CHANNEL, el canal de dibujos animados de Disney.

Entonces, ¿CHANEL? ¿de qué nos sirven seis letras unidas en una palabra? Es ahora cuando entra en juego, según nos han contado, la semiótica del valor y la ingeniería del consumidor.

Clasicismo, minimalismo y distinción
Esos podrían ser algunos de los principales valores

Negro, blanco y beige
¿Son los colores que nos vienen a la cabeza, por ende, también valores?

Antigüedad, personalidad y una larga trayectoria
¿Estas ideas que nos invaden la cabeza serían también un valor?

La respuesta, claro, es sí.

Aunque el valor es un término demasiado finito como para englobar todo lo que implica ser Chanel, todo lo que significa ser parte del universo que nace cuando sus aros se entrelazan.

Por tanto, vamos a crear una especie de mapa conceptual que nos oriente en este oscuro bosque de enredaderas y así podamos llegar a entender por completo a la casa de modas parisina. Luego, al terminar, serás tú mismo quien deba coger el timón de tu mente y dar sentido a todos los conceptos del lienzo que a continuación pintaremos, dándoles a todos ellos un sentido holístico y relacional.

Por un lado, debemos hablar de Chanel como hito histórico a largo plazo, sobre todo desde el punto de vista de la sociología, dotándola así de una trascendencia cultural. Pero también, por otro lado, Chanel ha supuesto un rol como agente discursivo del panorama de la moda pasada, presente y muy probablemente futura (tanto el sello Coco, como el que hoy está impulsando el actual timonel de la casa, Karl ).

Así bien, de esta manera, hablaremos de dos dimensiones: social y cultural y, por otra, desde el punto de vista de su aportación al propio sector.

Sociocultural

Feminicentrismo

La figura de Coco Chanel ha marcado un antes y un después en torno al concepto de la mujer y el papel de esta en la sociedad, dando paso así a un nuevo planteamiento del expuesto durante el Renacimiento: la mujer en el centro de la escena y como pieza clave del desarrollo económico, político y social. Gabrielle convirtió a la mujer en lo que ella misma consideraba que debía ser una mujer moderna, de forma que replantó sus roles en la sociedad dándoles fuerza para convertirse en lo que hasta entonces se creía reservado por completo a los hombres.

La mujer que trabaja y también fuma

Las mujeres anteriores a la época Chanel no trabajaban ni fumaban, lo que resume metafóricamente las posibilidades de estas en la sociedad precocó. Estos ejemplos, como muchos otros, muestran que la mujer no tenía huecos en los segmentos reservados al hombre, puesto que el tabaco estaba asociado a una serie de connotaciones masculinas que ninguna mujer heredera de la educación victoriana y que vivía el florecimiento del eduardianismo quisiese verse relacionada con este tipo de posicionamiento. Ninguna, excepto Chanel. Más tarde, la desacelerada modernización de la mujer dio paso a que estas terminasen fumando empedernidamente, entre otras cosas.

El perfume

El perfume emblemático de la casa Chanel -que da nombre a nuestro blog- es un símbolo de nuestra sociedad, que engloba miles de valores que se condensan en sus rectangulares formas. Asimismo, dentro de la relación entre la sociedad y el mercado, replanteó las posibilidades industriales de un perfume, dando paso al concepto actual del mismo.

El cuidado del cuerpo

A principios del siglo XX, la delgadez era signo de depauperación y la dermis morena un atributo del trabajo. Por tanto, lucir una tez pálida y tener generosas formas eran símbolos del poder, del éxito y, por ende, de belleza. 
Pero, finalmente, Chanel revolucionó también el canon de belleza y convirtió su propio estilo (menudo, delgado y tostado por el sol) en el símbolo de la verdadera mujer del siglo XX.

El mito

Hoy en día, la firma Chanel es un mito de la historia, una leyenda viva de cómo un imperio puede nacer de la nada y cómo este puede transformar por completo a la sociedad.

El personaje

Gabrielle Coco Chanel es un ejemplo de superación, resurgimiento y triunfo del espíritu. Luchó desde lo más bajo, sin ningún tipo de apoyo (ni personal ni profesional) y logró llegar a “vengarse” de todos aquellos que se mofaron de ella, imponiéndoles el estilo del que siempre se rieron; su propio estilo. 
Por ello, es un personaje digno del panteón de grandes personajes de la historia universal. No sólo es increíble por su historia personal de superación, sino por cómo vivió cada día de su vida, lanzando incendiarias flechas que terminarían convirtiéndose en citas míticas de cómo una única persona es capaz de cambiar el mundo por completo.

En la moda

La silueta

La mujer del siglo XIX probablemente terminaría con reuma. Los corsés que la sociedad les imponía a vestirse cada día torcían sus columnas y reducían sus cinturas al simple cuerpo de una avispa. Estos sostenes tan férreos que manipulaban a su antojo la anatomía femenina les impedían moverse con soltura y, por extensión, mantener una actitud distendida y verdaderamente funcional. Era imposible que pudiesen llegar a trabajar, ¡no podrían ni agacharse!
De esta manera, Chanel revolucionó el papel de la mujer en cuanto a la moda y a la propia sociedad. Les permitió poder moverse grácilmente y fluidas como una pluma. Nació así la mujer del mañana, la mujer del hoy.

El pantalón y la chaqueta de tweed

Añadir al armario de cualquier mujer un pantalón o una chaqueta abotonada de tweed era como meter a un gato en un establo lleno de paja: ilógico. 
El pantalón era una prenda sólo para hombres, ¡por dios! Y las chaquetas abotonadas ya no sólo eran para los hombres, sino que eran para el servicio. En suma, ¿qué podía hacer una mujer de nombre abolengo en 1910 vistiendo así? Nada. 
Todo cambiaría después de la guerra. Para entendernos, Chanel era como la Lady Gaga de la época y para la sociedad de entonces era sólo una vulgar costurera que vestía como un hombre.
 Sin embargo, la sociedad no ha cambiado tanto a lo largo de un siglo. Hemos oído cosas parecidad de Lady Gaga y muchos la critican por parecer un transexual más que una mujer. Pero ¿quién sabe? Quizás dentro de un siglo, seguir el modelo de la artista y olvidar los pantalones en casa sea lo más común. En cualquier caso, Chanel revolucionó la mentalidad de la propia sociedad.

El color negro

“Lucrecia, tráigame el abrigo de luto que el padre de la condesa de Rothes ha fallecido”. Ese podría ser el único momento, posiblemente, en el que una mujer pudiera vestir el negro. Uno, porque tenga que ir a un funeral o, dos, porque sea Lucrecia y, como cualquier miembro del servicio domestico, vista el negro para diferenciarse de los señores. 
Chanel reformuló el significado y el uso del mismo creando modelos como el mítico Little black dress, inspirado -según cuentan- tras la muerte de su gran amor Boy Capel. No pasarían ni veinte años y este color sería el sinónimo de todo lo que años atrás jamás hubiese significado: belleza, sofisticación, elegancia y glamour.

El diamante, pero también la bisutería

Chanel quiso dilapidar la concepción de esnobismo de su época, pero mantuvo a un de los iconos del mismo: el diamante. 
Chanel sacó diferentes líneas a lo largo de los años veinte dedicados por completo al trabajo de la piedra preciosa por definición, y encumbró esa piedra a lo más alto de la cúspide cultural, asociando el diamante a las mayores figuras del cine y al mundo de la pompa de la primera mitad del siglo XX. 
Pero, por otro lado, también entendió el valor cuantitativo del brillo de este tipo de piedras, y estaba claro que si utilizaba diamantes de verdad no podría llevar a cabo sus proyectos. Por ello, comenzó a trabajar con materiales como la circonita y otras materias primas que dieron lugar a lo que hoy conocemos como bisutería. 
Chanel permitió a todas las mujeres sentir que llevaban grandes y exclusivas joyas. Así creó otra nueva y exitosa tendencia.

El concepto

Chanel no hacía diseños, hacía moda. El concepto que Gabrielle sostuvo de lo que la moda debía ser y lo que debía hacer ser a una mujer, siempre giró en torno a los mismos valores: simplicidad, minimalismo, sofisticación y elegancia. Además, enfocaba la moda como los romanos la arquitectura: primando siempre la funcionalidad de las formas, algo que siempre fue un gran condicionante y que estimuló el desarrollo de sus diseños y su obra en general. 
Chanel redirigió el camino de la mujer en el mundo y añadió grandes símbolos para el trayecto: el perfume Nº5, la chaqueta de tweed o la camelia, el símbolo por excelencia de la firma.


Esto es CHANEL. 
Y lo demás no es que esté mal, simplemente no lo es.


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