Cabello blanco, gafas negras, traje oscuro y altos cuellos rígidos de almidón. A pesar de sus esfuerzos por mantener el año de su
nacimiento en el más absoluto secreto, hace apenas unos meses podría haber
cumplido sus casi indetectables 80 años. Karl
Lagerfeld, aunque amado y odiado a partes iguales, es casi con toda
probabilidad el hombre más ocupado del mundo de la moda, así lo ratifica su paso por
innumerables firmas internacionales. El alemán se encuentra desde 30 años atrás al frente de la
dirección de Chanel, lleva la dirección creativa de Fendi y lidera su firma
homónima desde 1998. No cabe duda de que es todo un comandante en
el mundo de la alta costura, cada temporada él se encarga de evidenciarlo.
Hay
citas que hacen de la Semana de la Moda de París algo único en el calendario.
Una de ellas es la invitación al desfile de Chanel en
el Grand Palais, un lugar mágico que hemos visto transformarse por obra y
gracia de Karl Lagerfeld en un bosque misterioso, el planeta de Supermán, una
concentración de molinos de viento o en el paisaje más inhóspito del Polo
Norte. Esta vez, el diseñador ha colocado una
enorme bola del mundo como elemento simbólico de su colección Otoño
Invierno 2013/2014 como vestigio de la creciente
globalización de la moda.
El universo Chanel dio la
vuelta al mundo entero hace décadas, pero en los últimos años, Lagerfeld ha
focalizado sus esfuerzos en la conquista de nuevos territorios. China y Rusia son
sus nuevas niñas bonitas (con
colecciones inspiradas en su exotismo e incluso presentaciones y exposiciones
expresamente diseñadas para esos dos países), consciente de su olfato fashionista y de la
bonanza de sus bolsillos.
Su más venerada musa Coco ahora forma parte
del pasado, un pasado que nunca quedará obsoleto. Lagerfeld asegura que para
que una marca siga adelante ha de respetar sus orígenes, pero si lo que se quiere es sobrevivir a los tiempos, hay cambios que necesariamente se han de realizar. Hoy, el kaiser ha
realizado una nueva
demostración de poder con 79 looks de siempre con un prisma completamente renovado. No son modernos, son ya
posmodernos. Recogemos aquí los 7 greatest hits de la colección:
El little black dress
Es una de las
prendas más clásicas de la firma y sin embargo, también la más vanguardista del
desfile, con sus cortes dieciochescos combinados con botas de piel.
Tail hem
Así se llama el corte
posmoderno que Karl Lagerfeld ha imprimido a abrigos y vestidos largos. Corto
por delante en forma de óvalo, recto por detrás. Esta es una de esas señales
que nos hablan de la vanguardia del patronaje Chanel.
Tweed, tweed, tweed
El tejido icónico de la firma
se reinventa con colores y patrones audaces.
El dos piezas
Triunfó entre las señoras
burguesas de Europa y ahora hace furor entre las jóvenes adineradas asiáticas. El
patrón, oversize, moderniza el clásico traje de día de la
firma.
Botas OTK (Over The Knee)
En sus últimas colecciones, Lagerfeld ha apostado por las botas
como calzado imprescindible. Además, le permiten un interesante juego de
proporciones, alargando la pierna y modificando el horizonte de las rodillas:
las botas suben hasta el muslo.
Mirada de paillettes
Con un maquillaje natural
de piel ligeramente sonrosada, el acento (y la luuz) se la lleva la mirada,
decorada con paillettes plateadas.
Los nuevos it bags
Con cadena, versión
bombonera, tipo clutch de lego... Una
temporada más, los bolsos de Chanel serán best-sellers.
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